Causas del desempleo
Varias de las causas actuales del desempleo se deben a la Ley de Reforma del Estado impulsada durante la década de 1990 por el entonces presidente Carlos Saúl Menem. Esta reforma supuso el inició del proceso de privatización y de concesión de las empresas públicas, especialmente las de servicios, lo que produjo varios despidos en masa o a través de los llamados retiros voluntarios que no fueron más que despidos encubiertos. Y en la actividad privada, en las empresas que no pudieron adaptarse a los cambios tecnológicos que impuso la política económica de esa década y debieron cerrar sus puertas, también se produjeron grandes despidos. La mayor parte de ellas fueron las PyME, que tradicionalmente generaron empleos en el país durante décadas. Y las empresas que sí se adaptaron reemplazaron con sus nuevos insumos a los trabajadores y por lo tanto expulsaron más argentinos del mercado laboral. El trabajo en negro es uno de los flagelos mayores de nuestra sociedad. Un trabajador en negro es un trabajador ilegal. Carece de la protección de la Seguridad Social, además no tiene ni Obra Social, ni seguro de riesgos del trabajo. La gran mentira de que los empresarios se ven en la obligación de tener trabajadores en negro debido a los altos costos de la seguridad social esconde la intención de explotar a los trabajadores para incrementar los beneficios del empleador.Nuestra población total actual es de aproximadamente 36.700.000 habitantes y la P.E.A. está cercana a los 14.000.000 de personas. De éstos últimos, tienen desempleo abierto el 25 % según cifras oficiales. Como no debemos olvidarnos que las cifras representan valoraciones estadísticas, pero se refieren a seres humanos, tengamos en cuenta que cada punto, cada 1% de ese 25% significa 150.000 personas sin ningún tipo de empleo, totalmente inactivas, es decir algo más de 3.500.000 de desempleados. Además se estima que los subocupados (quienes realizan "changas" trabajando menos de 35 horas semanales) representan aproximadamente 1.700.000 personas y los trabajadores ilegales o "en negro" 2.000.000 más. POR LO TANTO, TIENEN PROBLEMAS DE EMPLEO UN TOTAL DE APROXIMADAMENTE 7.200.000 ARGENTINOS; MÁS DE LA MITAD DE LA POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE ACTIVA.
BRINDANDO UNA SOLUCIÓN PARA EL DESEMPLEO ARGENTINO
Sabemos bien todos los habitantes de Argentina que el desempleo es la causa de varias situaciones sociales críticas, que requieren soluciones urgentes. Nuestro país, con más de la mitad de su población, VEINTE MILLONES DE PERSONAS entre pobres e indigentes, presenta hoy este escenario: cuando una familia-tipo percibe al mes entre $ 200.- y $380.- las mediciones públicas y privadas, definen entre esos valores al conjunto de pobres del país. ( Se considera familia-tipo a la integrada por la madre y el padre y dos hijos). Por debajo de esa línea de pobreza están los indigentes y para ello se considera a una familia-tipo que percibe menos de $200.- mensuales es decir, con NBI o necesidades básicas insatisfechas.
Sabemos bien todos los habitantes de Argentina que el desempleo es la causa de varias situaciones sociales críticas, que requieren soluciones urgentes. Nuestro país, con más de la mitad de su población, VEINTE MILLONES DE PERSONAS entre pobres e indigentes, presenta hoy este escenario: cuando una familia-tipo percibe al mes entre $ 200.- y $380.- las mediciones públicas y privadas, definen entre esos valores al conjunto de pobres del país. ( Se considera familia-tipo a la integrada por la madre y el padre y dos hijos). Por debajo de esa línea de pobreza están los indigentes y para ello se considera a una familia-tipo que percibe menos de $200.- mensuales es decir, con NBI o necesidades básicas insatisfechas.
Es sencillo inferir que con esos ingresos se está bien lejos de cubrir la canasta familiar básica que el INDEC ha calculado en $ 780.- mensuales (siempre para una familia de cuatro integrantes). Luego esos veinte millones de compatriotas están expuestos a un déficit de alimentación gravísimo, con sus secuelas de falta de defensas ante las enfermedades; a la imposibilidad en muchos casos, de enviar a sus hijos a la escuela; a una desintegración familiar continua; a que sus hijos se conviertan en "niños de la calle"; a abusos y violaciones tanto físicas como morales a los más débiles: las mujeres y los niños; a la vinculación con la droga y a involucrarse con sectores de la delincuencia no organizada, sólo por mencionar las consecuencias más evidentes.
Aquí la intervención del estado es fundamental, acompañado por los sectores civiles preocupados e involucrados con la crisis. Es el momento de aplicar un verdadero plan de desarrollo integral del país que dé prioridad a los sectores que en un primer momento puedan generar puestos de trabajo, como las industrias mano de obra-intensivas , tal el caso de la construcción, en la que intervienen aproximadamente entre treinta y cuarenta gremios diferentes. También lo concerniente a brindar de una vez por todas facilidades crediticias a las PYME´S, con préstamos diferenciados en sus tasas de interés, empresas que tradicionalmente en Argentina y en muchos países desarrollados, como EE.UU. e Italia son el basamento de su desarrollo industrial y de servicios. Así debiera además fomentarse el crecimiento de la demanda interna y externa luego de iniciarse la primera etapa de nuevas fuentes de trabajo.
Estos son solamente algunos ejemplos de medidas a tomar, pero que no significarán nada aisladamente, si no están incluidas en un programa nacional de desarrollo con sustitución de importaciones, con aumento inicial de la oferta de bienes para el mercado doméstico e internacional. No habrá de continuarse con metodologías neoliberales que sumieron a la nación en el atraso permanente de las últimas cuatro décadas. Y mucho menos, seguir manteniendo relaciones y negociaciones con los organismos multilaterales de crédito, iniciadas desde una debilidad real, a la que se sumó una actitud de entrega permanente de la dignidad de nuestro pueblo con representantes que, en la mejor de las suposiciones, eran ineficientes y en la más acertada, utilizaron en su propio beneficio los créditos logrados con una indignidad evidente para aquéllos a quienes representaban y brindando una patética imagen al resto del mundo. Aquí no solamente han de incluirse a políticos venales sino también a todo un sistema financiero corrompido y corruptor, a empresarios cómplices, a un poder judicial sometido en algunos casos a "compromisos" con gobernantes desleales y a muchos dirigentes gremiales obedientes según las prebendas recibidas del poder impune.
Puede suponerse acertadamente que provocar esos cambios en el país no será fácil, pero no imposible si la mayor parte de los sectores sociales, hoy afectados y estancados por la profundidad de la crisis, se unen para llevar a la realidad el armado de un plan de desarrollo que utilice acertadamente nuestras aptitudes económicas y nuestra inteligencia, que dé prioridades y produzca el profundo cambio que debemos realizar, con conocimiento de la población en cuanto a que llevará un lapso de varios años concretarlo, pero que se obtendrán mientras tanto, logros fundamentales, como reducir el desempleo paulatina y simultáneamente con el aumento de la riqueza nacional.
Un comentario aparte debe merecer el tema de los llamados "Planes Trabajar" o el de "Jefes y Jefas de Familia" y sus similares en el orden nacional o provincial. Sostengo que, al menos durante un período de corto plazo, aproximadamente de dos a tres años, habrá de continuarse con este tipo de asistencia. Coincido con la idea en cuanto a que no podrán eliminarse rápidamente. Sin embargo, creo que pueden ser dados con una contraprestación. Por ejemplo, si el desocupado es albañil o pintor, o conoce de reparaciones eléctricas o es técnico en mantenimiento de ascensores, (por dar algunos ejemplos al azar) podrá realizar tareas de mantenimiento y reparación en edificios públicos de las diferentes jurisdicciones. Para llevar a la práctica tales contraprestaciones deberá actualizarse y "limpiarse" el actual padrón de desempleados que perciben aquellos planes. El propósito de organizar esa asistencia con la obligación de brindar una contraprestación por parte del beneficiado, lleva como propósito fundamental no continuar con esta política de destrucción de la cultura del trabajo, ya que estos ya largos años de desempleo han provocado el olvido y la desactualización de las habilidades laborales que tenían los trabajadores.
En cuanto al tema de las carencias y falta de políticas coherentes para la asistencia a la salud es ya de vieja data y responde, sobre todo en nuestras provincias, a gobernaciones que por décadas se basaron y continúan afirmándose en un sistema precapitalista, casi feudal, anterior a la Primera Revolución Industrial. Es la reiteración de una modalidad que ha dado frutos a estos " políticos " con vocación de caudillejos, porque así dominan al momento actual, a tres generaciones de argentinos que van decayendo en forma continuada, transformándose hoy en deficientes físicos y mentales. Ni qué decir que este abandono de la salud por parte de los gobiernos se continúa con el abandono también de la responsabilidad de brindar educación a nuestros compatriotas.
Mientras tanto el país presenta una de las traslaciones del ingreso nacional más inequitativas de su historia, ya que el quintil de menores ingresos percibe 43 veces menos ingresos que el quintil de mayores rentas.
Cabe decir que actualmente el desempleo se calcula en una tasa real de alrededor del 30% promedio para Argentina y que íntimamente ligada a ella encontramos un total de pobres de aproximadamente un 53%, lo que significa algo más de 20 millones de habitantes, sobre una población de más de 36 millones, según el último censo del año 2001.
Aunque la realidad es muy grave, no debemos cejar en que lograremos revertir esta situación tan crítica continuando con nuestros análisis en conjunto y conformando entre todos las soluciones solidarias que tanto necesitamos para el país.
Aquí la intervención del estado es fundamental, acompañado por los sectores civiles preocupados e involucrados con la crisis. Es el momento de aplicar un verdadero plan de desarrollo integral del país que dé prioridad a los sectores que en un primer momento puedan generar puestos de trabajo, como las industrias mano de obra-intensivas , tal el caso de la construcción, en la que intervienen aproximadamente entre treinta y cuarenta gremios diferentes. También lo concerniente a brindar de una vez por todas facilidades crediticias a las PYME´S, con préstamos diferenciados en sus tasas de interés, empresas que tradicionalmente en Argentina y en muchos países desarrollados, como EE.UU. e Italia son el basamento de su desarrollo industrial y de servicios. Así debiera además fomentarse el crecimiento de la demanda interna y externa luego de iniciarse la primera etapa de nuevas fuentes de trabajo.
Estos son solamente algunos ejemplos de medidas a tomar, pero que no significarán nada aisladamente, si no están incluidas en un programa nacional de desarrollo con sustitución de importaciones, con aumento inicial de la oferta de bienes para el mercado doméstico e internacional. No habrá de continuarse con metodologías neoliberales que sumieron a la nación en el atraso permanente de las últimas cuatro décadas. Y mucho menos, seguir manteniendo relaciones y negociaciones con los organismos multilaterales de crédito, iniciadas desde una debilidad real, a la que se sumó una actitud de entrega permanente de la dignidad de nuestro pueblo con representantes que, en la mejor de las suposiciones, eran ineficientes y en la más acertada, utilizaron en su propio beneficio los créditos logrados con una indignidad evidente para aquéllos a quienes representaban y brindando una patética imagen al resto del mundo. Aquí no solamente han de incluirse a políticos venales sino también a todo un sistema financiero corrompido y corruptor, a empresarios cómplices, a un poder judicial sometido en algunos casos a "compromisos" con gobernantes desleales y a muchos dirigentes gremiales obedientes según las prebendas recibidas del poder impune.
Puede suponerse acertadamente que provocar esos cambios en el país no será fácil, pero no imposible si la mayor parte de los sectores sociales, hoy afectados y estancados por la profundidad de la crisis, se unen para llevar a la realidad el armado de un plan de desarrollo que utilice acertadamente nuestras aptitudes económicas y nuestra inteligencia, que dé prioridades y produzca el profundo cambio que debemos realizar, con conocimiento de la población en cuanto a que llevará un lapso de varios años concretarlo, pero que se obtendrán mientras tanto, logros fundamentales, como reducir el desempleo paulatina y simultáneamente con el aumento de la riqueza nacional.
Un comentario aparte debe merecer el tema de los llamados "Planes Trabajar" o el de "Jefes y Jefas de Familia" y sus similares en el orden nacional o provincial. Sostengo que, al menos durante un período de corto plazo, aproximadamente de dos a tres años, habrá de continuarse con este tipo de asistencia. Coincido con la idea en cuanto a que no podrán eliminarse rápidamente. Sin embargo, creo que pueden ser dados con una contraprestación. Por ejemplo, si el desocupado es albañil o pintor, o conoce de reparaciones eléctricas o es técnico en mantenimiento de ascensores, (por dar algunos ejemplos al azar) podrá realizar tareas de mantenimiento y reparación en edificios públicos de las diferentes jurisdicciones. Para llevar a la práctica tales contraprestaciones deberá actualizarse y "limpiarse" el actual padrón de desempleados que perciben aquellos planes. El propósito de organizar esa asistencia con la obligación de brindar una contraprestación por parte del beneficiado, lleva como propósito fundamental no continuar con esta política de destrucción de la cultura del trabajo, ya que estos ya largos años de desempleo han provocado el olvido y la desactualización de las habilidades laborales que tenían los trabajadores.
En cuanto al tema de las carencias y falta de políticas coherentes para la asistencia a la salud es ya de vieja data y responde, sobre todo en nuestras provincias, a gobernaciones que por décadas se basaron y continúan afirmándose en un sistema precapitalista, casi feudal, anterior a la Primera Revolución Industrial. Es la reiteración de una modalidad que ha dado frutos a estos " políticos " con vocación de caudillejos, porque así dominan al momento actual, a tres generaciones de argentinos que van decayendo en forma continuada, transformándose hoy en deficientes físicos y mentales. Ni qué decir que este abandono de la salud por parte de los gobiernos se continúa con el abandono también de la responsabilidad de brindar educación a nuestros compatriotas.
Mientras tanto el país presenta una de las traslaciones del ingreso nacional más inequitativas de su historia, ya que el quintil de menores ingresos percibe 43 veces menos ingresos que el quintil de mayores rentas.
Cabe decir que actualmente el desempleo se calcula en una tasa real de alrededor del 30% promedio para Argentina y que íntimamente ligada a ella encontramos un total de pobres de aproximadamente un 53%, lo que significa algo más de 20 millones de habitantes, sobre una población de más de 36 millones, según el último censo del año 2001.
Aunque la realidad es muy grave, no debemos cejar en que lograremos revertir esta situación tan crítica continuando con nuestros análisis en conjunto y conformando entre todos las soluciones solidarias que tanto necesitamos para el país.
https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=n5cCdmonYNY
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